“Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento”. Hipócrates
Para el buen crecimiento de nuestros bonsáis necesitamos (por orden de importancia): la temperatura adecuada (para la mayoría de los árboles el óptimo se encuentra entre 15ºC y 25ºC), la iluminación adecuada (entre 43.200-108.000 lux para los árboles perennes y entre 27.000-81.000 lux para los caducos), la humedad atmosférica adecuada (entre el 40%-80% de humedad relativa del aire en función de la temperatura), un sustrato bien aireado, y finalmente un buen abonado. El abonado es importante, pero menos que los otros factores de cultivo a los que nos hemos referido anteriormente:
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Dicho esto, el buen abonado es también fundamental. Un plan de abonado bien estructurado debe tener en cuenta las necesidades estacionales de los bonsáis, la duración de los efectos de los diferentes tipos de abono e incluir ácidos húmicos y aminoácidos como estrategia efectiva para mantener la salud y el crecimiento de tus bonsáis. Aquí hay una guía general para un plan de abonado equilibrado a lo largo del año:
- Primavera (Marzo-Mayo):
Uso de un abono equilibrado o rico en nitrógeno para estimular el crecimiento de brotes y hojas durante el inicio de la temporada de crecimiento.
- Verano (Junio-Agosto):
Reducción de la frecuencia de abonado, ya que la actividad de crecimiento a menudo disminuye debido al calor y la sequedad del aire.
Evitar el abonado en días extremadamente calurosos para prevenir la sobrealimentación.
- Otoño (Septiembre-Noviembre):
Continuar con el abonado equilibrado o menos rico en nitrógeno para proporcionar nutrientes antes del invierno.
- Invierno (Diciembre-Febrero):
Reducir el abonado significativamente debido a la inactividad estacional de la mayoría de las especies de bonsáis.
- Ácidos húmicos y aminoácidos:
Aplicar ácidos húmicos una o dos veces al año, como parte de un plan de abonado a largo plazo para mejorar la estructura del sustrato y la absorción de nutrientes.
Aplicar aminoácidos una o dos veces al año para estimular el crecimiento y promover la salud de las plantas.
Los abonos deben estar equilibrados y aportar los macronutrientes esenciales, así como los micronutrientes que las plantas necesitan para su crecimiento. Las proporciones aproximadas de N-P-K en el extracto seco residual después de calcinar un árbol varían como sigue: Nitrógeno (N): 1%-5% Fósforo (P): 0.1%-1% Potasio (K): 1%-5%
- Nitrógeno (N): El nitrógeno es esencial para el crecimiento vegetativo, la formación de hojas y tallos verdes. Su exceso afecta negativamente a las bacterias y hongos del sustrato, provoca crecimiento excesivo y menor resistencia a las plagas, menor floración y fructificación.
- Fósforo (P): El fósforo es crucial para el desarrollo de raíces fuertes, flores y frutos.
- Potasio (K): El potasio es importante para la resistencia al estrés, la regulación de agua y nutrientes en la planta y la formación de frutos.
Además, ten en cuenta que los abonos que utilizas contengan otros micronutrientes esenciales, como hierro, magnesio y zinc, que también desempeñan un papel importante en el crecimiento de las plantas.
El equilibrio adecuado entre estos nutrientes es fundamental. Si falta uno de ellos, puede limitar el crecimiento de la planta, incluso si los otros nutrientes están disponibles en abundancia. Por ejemplo, un exceso de nitrógeno y una deficiencia de fósforo pueden dar como resultado un crecimiento foliar excesivo pero una falta de floración y fructificación.
No se debe abonar a los bonsáis estresados o enfermos; el abonado puede empeorar su condición y agravar los problemas de salud que puedan estar experimentando. Si notas signos de enfermedad, estrés, hojas amarillentas, marchitas o cualquier otro problema, primero debes abordar la causa subyacente del problema. Esto puede incluir ajustar el riego, proporcionar la cantidad adecuada de luz y sombra, tratar enfermedades o plagas si es necesario y asegurarte de que el bonsái esté en un entorno óptimo. Enfócate en resolver los problemas de salud primero y cuando el bonsái esté en mejores condiciones podrás volver a abonarlo de manera adecuada para promover su crecimiento y desarrollo saludable.
Hay que evitar en bonsái los abonos químicos sólidos de liberación rápida, ya que su duración es muy corta, pueden quemar las raíces e intoxicar los microorganismos del suelo; sí se puede utilizar estos abonos químicos sólidos disueltos en el agua del riego a una concentración de unos tres gramos por litro. Tampoco somos partidarios de los abonos orgánicos sólidos ya que afean el bonsái, compactan el sustrato con sus residuos y, si no están fermentados, huelen mal y atraen insectos.
Se pueden utilizar (como abono de base para toda la temporada) los abonos químicos sólidos de liberación lenta, con una duración entre seis y nueve meses, aunque preferimos los abonos organo-químicos líquidos, particularmente si los aplicamos una vez a la semana junto con el riego. Abonos para bonsái – Hatoen
Es importante señalar que las necesidades específicas de nutrientes pueden variar según la especie de bonsái, la etapa de crecimiento y otras condiciones ambientales. Por lo tanto, es aconsejable utilizar abonos equilibrados o específicos para bonsáis. También es fundamental no excederse en la fertilización, ya que un exceso de nutrientes puede causar daños a las plantas.
Observa de cerca tus plantas y ajusta tu plan de abonado según su respuesta para mantener su salud y estética. Además, utiliza siempre productos de alta calidad y sigue las recomendaciones del fabricante para la aplicación de todos los productos.
Si tienes cualquier duda sobre el cultivo y la formación de tus bonsáis contacta con nosotros: info@hatoen.com.