Un segmento creciente de la población europea se apasiona con el cuidado de bonsai. La convivencia con el árbol aporta un contacto diario con la naturaleza y permite en los reducidos espacios de que generalmente dispone el aficionado un medio de expresión artística que añade a las tres dimensiones de la escultura una cuarta: el tiempo.

La importación de bonsai de alta gama desde Japón es un negocio floreciente en Europa pero, al igual que su alternativa de recolección de árboles de la naturaleza, está fuera del alcance de la mayoría.

Trece mil árboles en cultivo de ciento treinta especies diferentes nos permiten entregar, durante todo el año y con plazos de entrega cortos, un amplio surtido de árboles de diferente madurez y formas.

El minorista puede reducir su stock inmovilizado al recibir los árboles listos para la venta.

La empresa nace en 2013 con la ilusión de popularizar el arte del bonsai, facilitando al aficionado y al profesional minorista europeo el acceso a árboles sanos y de calidad a precios ajustados.

Su fundador, Benjamín Palomo Sanz cuenta con conocimientos de cultivo y formación de bonsai y experiencia de gestión empresarial internacional. Hatoen (el jardín de Palomo) es la marca registrada de esta empresa familiar.

Queremos crear un negocio de producción de bonsai integrado en la comunidad local, socialmente responsable, que dará empleo preferentemente a personas en riesgo de exclusión social, y sostenible ecológica y financieramente.