Como a muchos aficionados al bonsai me encanta hacer árboles desde semilla, de hecho en Hatoen lo hacemos profesionalmente con el objetivo de facilitar a nuestros clientes comprar bonsáis económicos que les permitan realizar sus proyectos.
Cuando se empieza el proyecto de un árbol hay que tener en cuenta lo que nos queremos gastar y la paciencia que tendremos para ver los resultados que queremos. A modo de ejemplo he posicionado en esta matriz cuatro árboles que se pueden adquirir en nuestra web.
Un plantón de dos años tiene un desarrollo bastante lento: necesita desarrollar un sistema radicular que permita alimentar a la incipiente copa. Cuantas más hojas más raíces, pero queremos empezar impacientemente a pinzar para formar la ramificación primaria y queremos podar las raíces para ir formando el nebari… Los siguientes cinco años se hacen eternos y pasan pocas cosas.
Si se cultiva bien y se trabaja bien el árbol, a los diez años aquello empieza a parecer un bonsái pero a menudo el tronco nos parece demasiado fino, las ramas demasiado gruesas, no hay conicidad y el nebari no dice nada. Decisión heroica: me quedo con el tronco y voy a rehacer las ramas.
A los quince años ya se cerraron las heridas de las ramas originales, las nuevas están en su sitio y empezamos a estar orgullosos de nuestro proyecto (en verano, cuando las hojas esconden la pobreza de la ramificación).
A los veinticinco años tenemos un bonsái presentable en la exposición del club local: tiene un nebari bonito, una cierta conicidad en el tronco, ramificación primaria y secundaria razonable….
A partir de aquí hay que insistir, pinzado, defoliado, trasplante, poda de raíces, sustitución de alguna rama que se secó…. Según nuestra habilidad, y con los buenos consejos de otros aficionados más expertos, es posible que nos admitan nuestro árbol en una exposición nacional cuando tenga 30, 40, o 60 años….
El precio de los bonsáis jóvenes es relativamente bajo; si no quieres aburrirte en los primeros años de formación mi consejo es que te decidas en comprar un prebonsái y empieces al menos con un buen tronco formado.