El bonsái es una maravillosa fábrica de producción de azúcares, los cuales le sirven tanto como fuente de energía como para construir nuevos tejidos y crecer. Como en cualquier fábrica, su capacidad de producción es igual a la capacidad de producción del elemento menos productivo de la cadena de montaje, que es el elemento limitante.
Por ejemplo, un buen sistema de raíces no sirve para producir azúcares cuando se ha defoliado el árbol y no se está produciendo la función clorofílica.
La máxima eficiencia se consigue cuando el árbol está equilibrado y todos los elementos de la cadena tienen una capacidad de producción similar. En la nutrición del bonsái hay tres materias primas fundamentales: el sustrato, el riego y la fertilización; si los combinamos bien tendremos árboles sanos y resistentes a las plagas siempre y cuando hagamos los trabajos necesarios correctamente en función de los resultados que se persigan.
Para ilustrar este punto os traigo fotografías de dos Acer Palmatum Shishigashira. El primero es un ejemplar en formación, con un nebari de más de 20 cm que se está cultivando con el objetivo inmediato de cerrar las heridas de poda; se le han dejado crecer libremente ramas de casi un metro que luego desaparecerán. El segundo es un árbol más formado, de la misma especie, con un nebari de 8 cm y una altura de 35 cm al que se le está pinzando regularmente al primer par de hojas con el objetivo de compactarlo.
El aislamiento social a que nos obligamos solidariamente para hacer frente al maldito Covid19 puede tener consecuencias indeseadas, tanto en nuestras relaciones personales como en la relación con nuestros árboles. Se hace más daño a los bonsái por exceso de atención que por defecto. Cuando uno dispone de más tiempo que de árboles a mano, existe la tentación de abusar, y repetir los trabajos con más frecuencia de la conveniente para la salud del árbol.
Podría haber algún aficionado impaciente, al acecho de la aparición del primer par de hojas en ese plantón raquítico, que cultiva en una maceta aún más raquítica. De forma despiadada pinzaría durante toda la temporada y trasplantaría cada año, sorprendiéndose de que el árbol no haya desarrollado unas raíces sustanciosas ni haya crecido de manera apreciable. La verdad es que sin una masa verde adecuada no hay crecimiento, ni las hojas pueden enviar fitohormonas para que se formen más raíces, ni el árbol tiene fuerza y salud para resistir enfermedades o parásitos.
Si estás pensando en comprar un bonsái, y te interesa conocer el calendario de trabajos en bonsáis que seguimos en Hatoen deja tus datos en el siguiente enlace, indicando en Asunto “Calendario de trabajos” y te lo enviaremos con mucho gusto por correo electrónico.