Cuando la gente se entera de que cultivo bonsái frecuentemente responden: “Son muy delicados, una vez me regalaron un bonsai de interior; y se me murió”.
No, los bonsái no son delicados, se aferran a la vida con todas sus fuerzas. A poco que les ayudemos recompensan nuestros cuidados mostrándonos su salud y belleza durante muchos años. A poco que les ayudemos…
El bonsái es un árbol en maceta, genéticamente idéntico a los naturales y no adaptado para vivir en un piso. En este entorno necesita que le aportemos aquello que no puede obtener por sí mismo: temperatura, luz, aire, agua, y nutrientes.
Cuando se habla de bonsai de interior se habla de especies tropicales (temperatura mínima 18-20ºC) o subtropicales (temperatura mínima 5-12ºC). En el primer caso podemos necesitar unas condiciones de invernadero caliente, en el segundo de invernadero frío.
La luz de una ventana puede ser suficiente si el árbol se encuentra a una distancia inferior a un metro. Caso contrario hay que aportar luz con lámparas de cultivo durante unas doce horas diarias (busque consejo sobre la instalación más adecuada en una tienda grow shop).
La humedad del aire debe rondar el 50%; si es necesario instale un humidificador lo cual beneficiará también a las personas que convivan con el árbol. El aire debe ser renovado, pero evitando las corrientes de aire, sobre todo si son frías.
Una vez al mes dé a su árbol una ducha, con agua tibia, en la bañera, para limpiar el polvo que impide que respire bien.
Un grave problema que generalmente tienen los árboles baratos que encontramos en el mercado es la calidad del sustrato. En muchos casos vienen plantados en una especie de cieno muy compacto que impide respirar a las raíces (si, las raíces necesitan también aire) y que cuando se seca es muy difícil de regar. Si queremos dar al árbol una oportunidad de supervivencia es imperativo trasplantarlo a un sustrato poroso adecuado para el bonsái, que se humedezca fácilmente y que permita la entrada de aire.
El riego es crítico, ya que debido a las reducidas dimensiones de la maceta la cantidad de agua disponible es pequeña, y en periodos calurosos puede faltar en cuestión de horas. Por el contrario, si nos empeñamos en regar cuando el sustrato está saturado y compacto ahogaremos literalmente a las raíces ocasionando su pudrición. El agua de riego debe contener la menor cantidad de calcio posible (idealmente 14-16º de dureza) y preferiblemente un pH ligeramente ácido (5,5-6,5).
En las reducidas dimensiones de la maceta el árbol no encuentra los minerales que necesita, hay que aportárselos regularmente. Le aconsejo que utilice abonos líquidos formulados para bonsai en las dosis y frecuencia recomendadas por la marca. Algún día me extenderé en este capítulo.
Todo lo anterior son generalidades, algunas especies pueden tener necesidades específicas que hay que considerar y, por otra parte, la variedad de climas de nuestro país puede permitir en algunas zonas cultivar en el exterior ciertos árboles subtropicales.
En nuestro país, las especies más apreciadas para bonsái pueden vivir perfectamente todo el año a la intemperie e incluso aprecian el reposo que les permiten las bajas temperaturas del invierno. Sin embargo, teniendo en cuenta la fragilidad del entorno de la maceta y las particularidades del clima en cada zona, puede ser necesario proteger algunos árboles de las grandes heladas y a otros de la fuerte insolación del verano o de los fuertes vientos, sean estos fríos, del Norte, o terrales, cálidos y secos.
Es realmente sencillo mantener saludable un bonsái; mi mejor consejo es ir a favor de la naturaleza, seleccionando el árbol que mejor se adapte al entorno de que disponemos, en lugar de modificar las condiciones para adaptarlas a las necesidades del árbol.