Nuestro vivero goza del típico clima continental : en enero, la temperatura mínima media es de 0,0º, con puntas de hasta -10ºC; en julio y agosto las temperaturas máximas medias son de 32,2ºC, aunque no es raro sobrepasar los 40ºC.
La precipitación anual es de 447,0 mm y suele haber unos cinco días de nieve de media al año. Estas condiciones climáticas endurecen a nuestros árboles, fortaleciendo su salud, ya que la gran mayoría de ellos se cultivan al exterior todo el año. Solo protegemos en invierno a unos pocos que no soportan las heladas y en verano aquellos que temen el fuerte sol y la sequedad de nuestra región.
Creemos que la buena salud de nuestros bonsái, que es su mejor defensa frente a las plagas y enfermedades, es la consecuencia natural de un sistema de cultivo equilibrado que empieza por la elección de la maceta y los sustratos profesionales más adecuados para cada árbol.
Abonamos combinando los mejores fertilizantes orgánicos e inorgánicos y regamos manualmente, a medida de las necesidades de cada árbol, con el convencimiento de que más vale prevenir que curar. Abonos para bonsáis.
La convivencia con el bonsái nos aporta un contacto diario con la naturaleza; se crean vínculos con el árbol semejantes a los de un dueño con su mascota y además nos proporciona un medio de expresión artística que añade a las tres dimensiones de la escultura una cuarta: el tiempo.
La formación de un bonsái a menudo es el trabajo sucesivo de varias generaciones de cuidadores, no termina nunca. En la tienda de bonsáis Hatoen, no pretendemos producir arboles terminados, cosa imposible, sino ofrecer un buen material de base con opcionalidad para que el aficionado pueda ejercitar fácilmente su creatividad.
Muchos de nosotros tenemos en nuestra colección bonsái que alguien desconocido empezó hace 20, 30, 50 …. años.
En Hatoen deseamos que nuestro trabajo sirva para homenajear a quienes comenzaron los arboles que hoy nos dan tantas satisfacciones y también para popularizar el arte del bonsái entre quienes aún no lo disfrutan.